En un nuevo artículo, el cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, examina el tiempo de acceso a la memoria, una de las limitaciones más pasadas por alto en la informática, y cómo una mejor comprensión del mismo podría cambiar la forma en que se desarrollan los sistemas criptográficos. Aunque el tema parece extremadamente técnico, tiene una relación directa con la eficiencia potencial de las cadenas de bloques, las pruebas criptográficas e incluso los modelos de IA.
Problema de acceso a la memoria
Buterin sostiene que es incorrecto suponer que leer o escribir en la memoria requiere una cantidad fija de tiempo, como se hace frecuentemente en informática. Más bien, presenta un modelo que propone que la raíz cúbica del tamaño de la memoria determina el tiempo de acceso a la memoria. En pocas palabras, la recuperación de datos de la memoria se vuelve progresivamente más lenta a medida que crece, porque las señales deben viajar distancias físicas mayores.

Proporciona evidencia del mundo real para respaldar esto, demostrando que el tiempo que lleva acceder a los datos aumenta con el tamaño de la memoria, desde los cachés de la CPU hasta la RAM, lo que sorprendentemente se alinea con su modelo teórico. Esta comprensión va más allá de una mera minuciosidad académica: cambia radicalmente la forma en que pensamos sobre la optimización de algoritmos, particularmente en el campo de la criptografía, donde es una práctica típica precalcular y almacenar resultados intermedios.
Resolviendo la gestión de la memoria blockchain
Vitalik Buterin utiliza un ejemplo de criptografía de curva elíptica, una parte fundamental de la seguridad de blockchain, para demostrar este punto. Para acelerar los procesos, los desarrolladores suelen precalcular grandes tablas de números. Sin embargo, cualquier ganancia de velocidad podría perderse si las tablas crecen demasiado para caber en la memoria caché debido a la desaceleración causada por un mayor acceso a la memoria. En una de sus pruebas, una tabla de almacenamiento de caché más pequeña demostró ser más rápida que una más grande guardada en la RAM.
La conclusión es sencilla pero profunda: la eficiencia en criptografía implica algo más que procesadores más rápidos: también implica una gestión de memoria más inteligente. Comprender el principio que expuso podría dirigir la optimización del hardware de futuros sistemas blockchain y de conocimiento cero, a medida que la industria avanza hacia hardware especializado como ASIC y GPU.